La misión del seguro de decesos es ofrecer una garantía, pagada a lo largo de un periodo de tiempo, para evitar el impacto económico directo y/o indirecto sobre el resto de la familia de la persona fallecida.

Algunos estudios sitúan este impacto en una horquilla de 3000€-6000€, lo que no es una cifra desdeñable.

Los seguros de deceso cubren la prestación de un servicio de sepelio, enterramiento o de incineración como consecuencia del fallecimiento de cualquiera de los Asegurados, dado que el deceso puede producirse de forma inesperada o por circunstancias producirse lejos del municipio de residencia, el servicio de enterramiento incluye también traslados nacionales e internacionales. Habrá casos en los que se deriven gestiones administrativas o logísticas que añadan más carga a la familia del fallecido o fallecida.

Son sin duda momentos delicados para familiares y amigos, queda claro que un seguro para gastos funerarios evitaría dificultades añadidas a un momento que no por ineludible deja de ser menos doloroso para el entorno de la persona fallecida.

Los servicios funerarios, gastos de tanatorio, entierro y traslado del difunto, entre otros costes, resultan muy elevados.

Con el seguro de decesos, todas las gestiones derivadas de organizar el sepelio estarán cubiertas, y además se evita afrontar el gasto por defunción en su totalidad cuando se produce el fallecimiento.